La India cuenta con una gran cantidad de festivales, varios de ellos tan espectaculares que sería una locura perdérselos, si uno se encuentra relativamente cerca durante su periplo por el país. Empiezan con el Festival del Día de la República, de carácter laico, que se celebra en Delhi en el mes de enero, y que incluye elefantes, una procesión y un gran despliegue de poderío militar y esplendor principesco indio. El Festival de Holi, en febrero, es uno de los festejos hindúes más exuberantes del norte de la India. Marca el final del invierno y, básicamente, consiste en lanzar agua coloreada y polvos rojos sobre tantas personas como sea posible.
La festividad chiíta Muharram, de 10 días de duración, entre finales de abril y principios de mayo, conmemora el martirio del nieto de Mahoma. Se caracteriza por un gran desfile, en el que los devotos se azotan con látigos en un ambiente de gran fervor religioso. El mejor lugar para verlo es Lucknow, la principal ciudad chiíta de la India. Durante la misma época del año, merece una especial mención el multitudinario Maha Kumbh Mela, que rememora una antigua batalla entre dioses y demonios para apoderarse de una jarra (kumbh). Durante la contienda, se derramaron cuatro gotas que fueron a caer en Allahabad, Haridwar, Nasik y Ujjain. Este mito se evoca cada tres años por rotación en una de estas cuatro ciudades.
No hay que confundir el gran festival de carruajes Rath Yatra con un simple rally. En este espectáculo, que se desarrolla en Puri durante los meses de junio y julio, desfila el gigantesco templo sobre ruedas del dios Jagannath en su viaje anual, arrastrado por miles de fervientes devotos. Uno de los principales acontecimientos del año en Kerala es la Carrera de Barcos Serpientes Copa Nehru, en los lagos de Alappuzha, que se disputa durante el segundo sábado de agosto.
El festival de Ganesh Chaturthi, a finales de agosto y principios de septiembre, está dedicado a Ganesh, el popular dios con cabeza de elefante. Se celebra por todo el país, aunque con especial entusiasmo en Maharashtra. Se erigen altares, se lanzan fuegos artificiales, se sumergen ídolos de barro en los ríos o en el mar, y todo el mundo evita mirar a la luna, ya que se dice que trae mala suerte. En septiembre y octubre es el momento de dirigirse hacia las montañas para contemplar el delicioso Festival de los Dioses en Kulu. Forma parte del Festival Dussehra, cuya expresión más vistosa puede presenciarse en Mysore y Ahmedabad.
En noviembre le llega el turno enorme y pintoresco Festival de los Camellos en Pushkar, Rajastán. Diwali (o Deepavali) es la celebración más alegre del calendario indio y se festeja a lo largo de cinco días en noviembre. En ella se rinde homenaje a varios dioses, y las golosinas, lamparillas de aceite y petardos desempeñan un papel importante. Por último, y aunque pueda parecer demasiado tópico, una fiesta playera en Goa continúa siendo la mejor manera de pasar las Navidades.